- Rechazo categórico a este acto criminal, que claramente busca silenciar voces críticas, generar miedo y desestabilizar la institucionalidad en medio de una nación polarizada por discursos de odio.
- Este no es solo un atentado contra un líder político, es un atentado contra la esperanza y el diálogo democrático que el país necesita urgentemente recuperar.
- Hacemos un llamado a toda la sociedad civil, a los gremios, a los sectores políticos y a los ciudadanos, para que rechacemos con contundencia todo acto de violencia que busque imponer el miedo y el silencio como herramientas de poder.
El presidente de FENALCO, Jaime Alberto Cabal, condenó enérgicamente el cobarde atentado perpetrado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. “Un hecho atroz que no solo atenta contra su vida, sino que representa una amenaza directa a la democracia, a la libertad de expresión y al derecho a la participación política desde la legalidad”.
El presidente de FENALCO rechazó categóricamente este acto criminal, que claramente busca silenciar voces críticas, generar miedo y desestabilizar la institucionalidad en medio de una nación polarizada por discursos de odio.
“Miguel Uribe representa una de las voces más jóvenes, lúcidas y valientes del escenario político nacional. Atentar contra su integridad afecta profundamente la estabilidad de Colombia y golpea el ánimo de millones de compatriotas que día a día luchan por salir adelante en medio de la incertidumbre y la adversidad”, agregó el vocero de los comerciantes.
Desde FENALCO expresamos nuestra solidaridad total con Miguel Uribe, su familia y su equipo de trabajo, y elevamos nuestras oraciones por su pronta recuperación. “Este no es solo un atentado contra un líder político, es un
atentado contra la esperanza y el diálogo democrático que el país necesita urgentemente recuperar”.
Hacemos un llamado a toda la sociedad civil, a los gremios, a los sectores políticos y a los ciudadanos, para que rechacemos con contundencia todo acto de violencia que busque imponer el miedo y el silencio como herramientas de poder.
Finalmente, exigimos a todas las entidades competentes, acciones inmediatas y efi caces que permitan identifi car, capturar y sancionar con todo el peso de la ley a los autores materiales e intelectuales de este crimen. La seguridad de quienes participan en la vida democrática del país debe ser una prioridad absoluta, y su protección, una responsabilidad ineludible del Gobierno y de las instituciones.
“La democracia no se intimida. Las ideas no se callan. Colombia merece vivir en paz”, concluyó Cabal Sanclemente.